sábado, 1 de octubre de 2016

CUADROS DE DON CAMILO-La exposición viviente


COBERTIZO DE SANTA CLARA

          Mi soliloquio en este Rincón toledano se ha terminado. Ahora comparto discusión con "Andresito", mis pinceles y mi cámara fotográfica, a los cuales no he bautizado aún, pero ya lo haré, paso a paso, que con tranquilidad, que no pasividad, se andan los caminos y muchas veces se llega a la meta. Creo que es mi oportunidad de estirar mi figura y demostrar mis dotes de Cicerone delante de esta buena compañía que hacen posible que podamos, los cuatro, meternos en estos callejones y comprender aquellos escritos de nuestro poetas Garcilaso de la Vega y Gustavo Adolfo Becquer, tratando de emular sus paseos por esta zona, aunque no sus pensamientos que son muy suyos y Dios me libre de osar penetrar en los vericuetos rincones que su sesera escondían , que no sus supuestos dichos, como se ven en estas, acertadas ó no, locuciones de este humilde admirador de estos dos gigantes de los textos, el uno que sean medievales y el otro dieciochescos, pero ambos románticos, ....como no?.


         Ya se ha retirado a descansar el majestuoso sol y ha permitido que la triste, pálida y melancólica luna, haga entrada, tal como nosotros, en la mística pintura que preside este pequeño recuerdo.

         Nos encontramos en una plaza, a la entrada de estos dos callejones, viniendo de la plaza de los Carmelitas Descalzos en dirección a el Cubillo de San Vicente, por el cobertizo de Santa Clara, al cual hemos tomado por asedio y subimos por su empinada calle a los pies del convento de clausura de las monjas clarisas. Caminamos en silencio para no despertarlas ó no interrumpir sus rezos y meditaciones que ya ha finalizado el día y se encontrarán, seguramente, en su receptorio haciendo honor a su talento culinario.
       
         Aún, sin satisfacer, nuestra gran curiosidad por conocer, volvemos para tomar el callejón de la derecha, El cobertizo de Santo Domingo el Real. Por fin alcanzamos un callejón que solo alumbra una pequeña bombilla amarilla, que con tristeza solitaria nos pide que seamos diligentes con ella y no la apedreemos como hacen las parejas de enamorados que acuden ali, por que quieran ustedes o nó, el cobertizo no lleva a la mal nombrada Plaza de Becquer, por que realmente es la Plaza de Santo domingo, pero ya hablaremos de ella en otro viaje por las callejuelas de esta mi ciudad y el monumento judeo-arabe mas hermoso de España en la que fueron capaces de convivir estas dos culturas

                                                                                      DonCamilo.

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